Sala 8 De la revolución feminista al tiempo presente

"Nos encontramos prácticamente frente a una revolución mundial con grandes repercusiones sociopolíticas y económicas; una revolución sui géneris, a la manera femenina, sin sangre ni violencia, audaz a la par que discreta, suave y sutil, pero al propio tiempo firme y decidida, y lo que es más importante, sin vencedores ni vencidos, pero que ha venido sacudiendo y revolucionando, lenta pero firmemente, la recia estructura de la organización social que situaba a la mujer en condiciones de marcada y humillante inferioridad."
María Lavalle Urbina, Discurso de la primera mujer que preside el Senado de la República, 15 de diciembre de 1965

La mayor revolución del siglo xx fue la liberación de las mujeres. Se trató de una revolución pacífica e irreversible. Su fundamentación ha sido el feminismo, doctrina social que busca que las mujeres tengan los mismos derechos que tiene el género masculino y que merece todo ser humano. El movimiento feminista lucha por la equidad entre los géneros y fue el detonador de los movimientos de derechos humanos para acabar con todo tipo de discriminación: de género, origen étnico, edad, discapacidad, preferencia sexual, religión o ideología. Para pasar de la tolerancia al respeto al diferente, al derecho a la otredad.

Las ideas feministas y los avances científicos para el control natal permitieron la liberación femenina desde la década de los Sesenta a la fecha. Siendo la situación de las mujeres determinante para el desarrollo integral de los pueblos, los países que han invertido en la educación de sus mujeres han tenido un mayor crecimiento, como podemos constatar en la información que se presenta en esta sala, donde además de los contextos históricos nacional e internacional se destaca la participación política y económica de las mujeres mexicanas y su situación en salud, educación y violencia desde los años Cincuenta hasta ahora.

La década de los Cincuenta

En 1945 surgió la onu con el objetivo de mantener la recién adquirida paz. Se acuñó el término “derechos humanos” para incluir a la mujer, a diferencia de la primera Declaración de París de 1789, en la que se proclamaron sólo los derechos del hombre. Las mujeres influyeron en esta decisión, encabezadas por la señora Eleonor Roosevelt, esposa del presidente de Estados Unidos, Franklin Delano Roosevelt.

En 1949 se publicó una de las obras fundamentales del feminismo: El segundo sexo, de Simone de Beauvoir, donde la filósofa señala que no es el sexo biológico lo que condiciona a la mujer, sino el género, construcción histórico-cultural que ha justificado y determinado su opresión.

La mujer había ocupado los puestos de trabajo que los hombres dejaron para ir a la guerra. Al concluir ésta se les quiso regresar a la casa, pero ellas se opusieron. El acelerado crecimiento económico que se dio en la posguerra permitió que muchas mujeres siguieran trabajando en las fábricas. La televisión se extendió por todo el mundo, difundiendo desde Estados Unidos la concepción de mujer hogareña, propia del American way of life.

Los derechos reproductivos de las mujeres tuvieron un importante avance a escala mundial gracias a la aportación del químico Luis Ernesto Miramontes, inventor de la píldora anticonceptiva, en octubre de 1951.

Las mujeres obtuvieron la ciudadanía plena con el sufragio federal en 1953 (para mayor información, consultar la Sala 7: La ciudadanía de las mujeres) y entraron en gran escala a las fábricas como obreras.

Durante esta década más mujeres accedieron a la educación superior; sin embargo, en comparación con el hombre, las estadísticas eran muy bajas: sólo 22% de los egresados correspondía a las mujeres.

 

 

La década de los Sesenta

En el contexto de la Guerra Fría, ante la constante amenaza bélica y la incertidumbre sobre el futuro, la juventud inició el movimiento hippie de contracultura en Estados Unidos, basado en la convivencia pacífica, la revolución sexual y el amor libre.

Se produjeron fuertes cuestionamientos hacia los valores y costumbres heredados de los años anteriores. La familia, el rol de los hombres, de las mujeres y los jóvenes se vieron sacudidos por nuevas ideas e inventos que modificaron sus comportamientos. Uno de ellos fue la píldora anticonceptiva que, si bien fue desarrollada desde los Cincuenta por el químico mexicano Luis Ernesto Miramontes, a partir de la década de los Sesenta su uso se extendió. El papa Paulo vi condenó los métodos anticonceptivos y el aborto en la Encíclica Humanae Vitae del 25 de julio de 1968 “Sobre la regulación de la natalidad”. La Iglesia católica prohibió el control natal, la libertad sexual y el aborto, ratificando el carácter inseparable del acto sexual con la procreación.

La mujer mexicana no se vio exenta de los grandes cambios mundiales. María Lavalle Urbina y Alicia Arellano Tapia se convirtieron en las primeras senadoras de la República. Las mujeres participaron en el movimiento del 68 demandando la apertura del sistema político y también su libertad sexual.

La década de los Setenta

En esta década cuatro mujeres presidieron los gobiernos de sus países. María Estela Martínez de Perón asumió la Presidencia de Argentina el 1 de julio de 1974 a la muerte de su esposo, Juan Domingo Perón, en su calidad de vicepresidenta. Indira Gandhi fue la primera mujer que gobernó India como primera ministra; dimitió en marzo de 1977 debido a disputas con la oposición. En febrero de 1979 Margaret Thatcher fue electa primera ministra de Gran Bretaña, la primera mujer que asumió tal cargo en todos los países del continente europeo, conocida como la Dama de Hierro. También en 1979 Lidia Gueiler Tejada se convirtió en presidenta interina de Bolivia; ha sido la única mujer en el cargo Ejecutivo de ese país.

En 1973 la onu convocó a la Conferencia Internacional de la Mujer en México en 1975, para establecer un plan de acción con el objetivo de integrar a la mujer a los procesos de desarrollo y el establecimiento de la paz.

A lo largo de estos años se multiplicaron las organizaciones feministas. Se creó la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas en el Exilio. La Asociación de Mujeres Nicaragüenses Frente a la Problemática Nacional (Ampronac) fue fundada en 1977; después del triunfo de la revolución sandinista tomó el nombre de Asociación de la Mujer Nicaragüense “Luisa Amanda Espinoza” (amnlae). El Salvador vio nacer la Asociación de Mujeres de El Salvador. En 1974 se originó en Venezuela el Movimiento hacia la Nueva Mujer y en 1978 el Grupo Persona y La Conjura. En Ecuador nació la Asociación Ecuatoriana de Mujeres y la Unión de Mujeres Trabajadoras del Ecuador. En Perú se crearon: Acción para la Liberación de la Mujer Peruana (Alimuper), Promoción de la Mujer, Movimiento “Manuela Ramos”, Mujeres en Lucha, Frente Socialista de Mujeres y Centro “Flora Tristán”. En Colombia se publicaron las revistas feministas Las Mujeres, en Medellín, y Cuéntame tu vida, en Cali.

Al igual que en el resto de América Latina en México se multiplicaron las organizaciones feministas. En 1971 nació la organización Mujeres en Acción Solidaria (mas). Entre 1970 y 1977 se constituyeron el Movimiento Nacional de Mujeres, Movimiento Feminista Mexicano, Grupo Lesbos, Colectivo de Mujeres y Movimiento de Liberación de la Mujer. Estos cinco grupos formaron la Coalición de Mujeres Feministas. En 1978 se creó el Frente Nacional de Lucha por la Liberación y los Derechos de la Mujer.

En este periodo inició la lucha por los derechos reproductivos de la mujer a partir de la solicitud de la legalización del aborto, encabezada por Esperanza Brito a partir de 1976, con la organización de la Primera Jornada Nacional sobre el Aborto.

 

La década de los Ochenta

Más de tres mil mujeres finlandesas demostraron su fortaleza el 9 de junio de 1986, cuando se declararon en huelga indefinida en protesta contra el uso de la energía nuclear; exigieron que el gobierno de su país renunciara al empleo de ésta a partir de 1990, al tiempo que advirtieron que no tendrían hijos mientras no fueran cumplidas sus demandas.

En 1983 la propagación de un virus no identificado hasta ese momento causó alarma en todo el mundo; los casos fueron descritos como neumonías severas. Fue hasta 1984 que se declaró la existencia de una nueva enfermedad y dos años después se le nombró virus de inmunodeficiencia humana (vih), enfermedad de mortales consecuencias que afecta actualmente a 33.3 millones de personas, de las cuales 51.8% son mujeres.

En abril de 1986 se informó en Estados Unidos del nacimiento de dos bebés gestados a partir de embriones congelados, ocurridos el 20 de febrero y el 6 de abril. El Vaticano condenó todas las formas de fertilización artificial y generación humana fuera del cuerpo el 10 de marzo de 1987. El 8 de abril de ese mismo año el papa Juan Pablo ii hizo también una fuerte condena contra el divorcio.

En este contexto, las feministas latinoamericanas politizaron problemas como la defensa de los derechos humanos, el cual cobró gran importancia. Surgieron las organizaciones de la sociedad civil para denunciar las torturas, las desapariciones y los crímenes de las dictaduras latinoamericanas, encabezadas fundamentalmente por mujeres (madres, abuelas y viudas). Fue un periodo de lucha por los derechos fundamentales, por leyes relativas a la violencia doméstica, derechos sexuales y salud reproductiva, divorcio y patria potestad. Las acciones realizadas por las feministas estuvieron fundamentalmente orientadas a recrear prácticas colectivas, a desplegar nuevas categorías de análisis, a hacer visible lo que hasta ese entonces era innombrable, incluso con nuevos lenguajes: acoso sexual, violación en el matrimonio y feminización de la pobreza, entre otros.

El 3 de febrero de 1983 se reformó el artículo 4 constitucional en México para establecer que la mujer y el hombre son iguales ante la ley. Durante esta década hubo por vez primera una secretaria de Estado, una candidata a la Presidencia y la primera senadora de oposición.

El 1 de enero de 1985 falleció Eulalia Guzmán, responsable de las investigaciones realizadas en Ixcateopan, Guerrero, que culminaron con el descubrimiento de la tumba de Cuauhtémoc y miembro fundador de la primera organización de mujeres universitarias en México, antecedente de la Federación Mexicana de Universitarias.

 

 

La década de los Noventa

En 1994, la Organización de Estados Americanos (oea) celebró en Brasil la Convención Interamericana para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer, conocida como la Convención Belém do Pará, con el objetivo de crear un marco jurídico que evite la violencia hacia la mujer en todos los países miembros.

En 1993, la Cámara de Diputados aprobó la propuesta de modificación al artículo 175 del Código Federal de Instituciones y Procedimientos Electorales para que los partidos políticos promovieran una mayor participación de las mujeres en la vida pública, a través de su postulación a cargos de elección popular.

En enero de 1994 dio inicio en Chiapas la insurrección armada de indígenas y campesinos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (ezln). Las mujeres indígenas participaron activamente en el movimiento.

En junio de 1996, México ratificó la Convención Belém do Pará. Como consecuencia de ello, se aprobó en julio la Ley de Asistencia y Prevención de la Violencia Familiar en el Distrito Federal, y un año después se tipificaron como delitos la violencia familiar y la violación en el matrimonio a nivel federal. Estas acciones fueron también producto de las recomendaciones de la onu y constituyeron la plataforma inicial para que las mujeres mexicanas tengan acceso a una vida libre de violencia.

 

 

El siglo XXI

El matrimonio entre personas del mismo sexo se ha aprobado en diversos países de Europa, Estados Unidos y América Latina de 2001 a la fecha.

El 29 de enero de 2002, el pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación declaró la constitucionalidad de la ley que permite no aplicar sanción al aborto cuando el producto de la concepción presente malformaciones congénitas -es decir, el aborto eugenésico- y reconoció la facultad de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (aldf) para legislar en la materia.

En diciembre de 2003, el pleno de la aldf aprobó reformas al nuevo Código Penal y adiciones a la Ley de Salud para el Distrito Federal, de manera que, en caso de practicarse un aborto por las causales permitidas en la legislación, no sólo sea exculpado sino que deje de considerarse un delito. Anteriormente la ley señalaba “excusas absolutorias”, lo que significaba que un hecho no se castigaba, pero se seguía considerado delictivo.

El 24 de abril de 2007, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal aprobó la despenalización del aborto en la Ciudad de México hasta la doceava semana de gestación. Asimismo, garantizó los servicios de consejería en pre y posaborto, e información objetiva a las mujeres que soliciten la interrupción legal del embarazo.

La Iglesia católica condenó tales leyes y emprendió una campaña nacional con el apoyo de autoridades y partidos políticos, lo que dio por resultado que, para 2010, 18 entidades establecieran la “protección de la vida desde la concepción”. Esto ha significado una regresión en los derechos reproductivos de las mujeres mexicanas y su criminalización. Muchas mujeres han sido encarceladas con penas de hasta 35 años, caso inédito en la historia de México.

Entre 134 países analizados, México ocupó el lugar 91 en materia de equidad de género; el 61 en acceso a la educación y en participación política de las mujeres, y el 110 en participación económica y oportunidades.

Nuestro país ocupa el primer lugar en feminicidios y violencia de género en países que no están en situación de guerra, con 2,500 asesinatos de mujeres en 2010.